Además, según el jurado, la foto de una huella de zapato, así como sangre encontrada en el calzado de Lee comprobaban su culpabilidad con esas pruebas fue declarado culpable y fue ejecutado.
Mientras tanto, la defensa siempre alegó que se trataba de evidencia defectuosa, además de que uno de los abogados confesó tener problemas de adicción.
Sin embargo, cuatro años después de la ejecución de Lee, una prueba de ADN sugiere que el ejecutado con una inyección letal es inocente.
Se informó que las muestras tomadas del arma homicida y una camisa señalan a otra persona, del sexo masculino y desconocida hasta el momento.
“Nadie debería ser ejecutado cuando existe la posibilidad de que esa persona sea inocente”, refirió Nina Morrison, abogada.
Asimismo, se encontraron huellas dactilares en el mango del garrote empleado para apalear a Reese que hasta el momento no han sido identificadas.
Morrison, declaró poco después de la ejecución de Lee que durante la investigación nunca se realizó una prueba de ADN del condenado.