Don Felipe Espinosa Tecuapetla, de 84 años de edad, está a punto de graduarse de la carrera de Ingeniería en Procesos y Gestión Industrial, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), gracias a que su principal motor es la superación y no se asusta con la tecnología porque “si es uno chango viejo hay que hacer maromas nuevas”.
“Nada me va a detener…claro…sólo la muerte”, resalta don Felipe.
Para continuar con sus estudios, Don Felipe, quien siempre llegaba a la universidad (hasta antes de la pandemia) con su peculiar costal en el que cargaba sus útiles; utilizaba sus ratos libres para ganarse unos pesos con la venta de cebollas, chile, limón y tomates en la Central del Abasto y en los mercados de Tepeaca y Cholula.
Don Felipe, quien tiene como su principal motor la superación, les recuerda a los jóvenes que la superación del humano está en la mente, las cosas están cambiando y sólo se vive una vez.
-¿La tecnología fue un obstáculo para estudiar, realizar y entregar trabajos…?
“Nooo. Le tiene usted que echar ganas, como dicen. Si es uno chango viejo hay que hacer maromas nuevas y allí se iguala usted con los jóvenes. La superación del humano está en la mente, es una cosa muy grande la mente”, comenta don Felipe en entrevista con personal de la BUAP.
“Hoy ya estamos acá y no me queda más que dar gracias a todos, principalmente al Rector”, agrega.
En 2016, don Felipe, quien de joven trabajó la tierra, fue obrero y formó parte del Ejército, se convirtió, con 79 años de edad, en el aspirante de mayor edad en el Proceso de Admisión.
-¿Cómo fue convivir con los jóvenes?
“Es bien lindo, porque son diferentes: diferentes memorias, diferentes pensamientos”
-¿Le costó trabajo?
“No, no, es como si fuera usted, es una cosa inolvidable”
-¿Qué aprendió usted de los jóvenes; ellos que aprendieron de usted?
“Con la convivencia…su corazón…”, agregó don Felipe en su entrevista con la BUAP.
Don Felipe, padre de 5 hijos, es un hombre autosuficiente, pero solitario, a quien no le importó levantarse todos los días a las 4:30 de la mañana y tomar dos autobuses para llegar a tiempo a clases.
“Veo bien, oigo bien, razono bien. Este es mi gran capital y lo que me nutre es el trabajo y la ilusión”, destaca.
Don Felipe porta con orgullo el escudo de la BUAP ya que hay que portarse a la altura: “con respeto, siempre derecho”.
“Claro, sí se puede. Qué me detiene, oigo bien, veo bien, razono bien, no tengo la mente hueca. El estudio es grandioso: se estudia para la superación, para una vida mejor”, añade.
A pesar de que está a punto de graduarse, dice Don Felipe que nada lo detiene para seguir estudiando.
“Nada me va a detener, haré mi solicitud para seguir estudiando”. Hace una pausa, corrige: “Sólo la muerte”.