Washington. El estado de Texas, en Estados Unidos, ejecutó este miércoles a un hombre condenado a muerte por un triple asesinato particularmente violento y que había sido el primero en obtener un respiro por la pandemia.
John Hummel, de 45 años, recibió la inyección letal en la penitenciaría de Huntsville y su muerte fue pronunciada a las 18:49 locales.
En 2009, apuñaló a su esposa embarazada y a su suegro, y luego golpeó hasta matar a su hija de cinco años con un bate de béisbol, antes de incendiar su casa, en Fort Worth, en el sur de Estados Unidos.
Según los fiscales, quería rehacer su vida con otra mujer.
Debía ser ejecutado el 17 de marzo de 2020, pero una corte de apelación aplazó el procedimiento por “la crisis sanitaria”.
Luego, todas las ejecuciones fueron suspendidas por meses en el resto del país.
Texas, el estado del país que más aplica la pena de muerte, retomó las ejecuciones el pasado 19 de mayo.
Salvo este estado, solo el gobierno federal había procedido con penas de muerte este año, que ejecutó a tres personas antes de la partida del ex presidente Donald Trump.