Una velocista bielorrusa dijo que fue llevada al aeropuerto en contra de su voluntad para abordar un vuelo de regreso a casa después de que se quejara de los entrenadores nacionales en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Krystsina Tsimanouskaya, que debía competir en los 200 metros, dijo buscó la protección de la policía japonesa en el aeropuerto de Haneda de Tokio para no tener que embarcar en el vuelo.
No volveré a Bielorrusia”, dijo en un mensaje a través de Telegram.
El Comité Olímpico de Bielorrusia dijo en un comunicado que los entrenadores decidieron retirar a Tsimanouskaya de los Juegos por consejo médico debido a su “estado emocional y psicológico”.
Un fotógrafo vio a la atleta junto a la policía japonesa. “Creo que estoy a salvo”, dijo Tsimanouskaya.
Un oficial de policía del aeropuerto de Haneda dijo que estaban con una atleta olímpica de Bielorrusia en la Terminal 3.
Una fuente de la Fundación de Solidaridad Deportiva de Bielorrusia, que apoya a los atletas encarcelados o marginados por sus opiniones políticas, informó que Tsimanouskaya planeaba pedir asilo en Alemania o Austria.
Tsimanouskaya, de 24 años, dijo que personal del equipo de su país acudió a su habitación y le dijeron que hiciera las maletas. Finalmente, la llevaron al aeropuerto antes de que pudiera correr en los 200 metros y en el relevo 4×400 metros.
Sostuvo que la retiraron de la delegación “por el hecho de que hablé en Instagram sobre la negligencia de nuestros entrenadores”.
Tsimanouskaya se había quejado en Instagram de que la inscribieron en el relevo de 4×400 metros después de que se descubriera que algunos miembros del equipo no podían competir en los Juegos porque no se sometieron a una cantidad suficiente de pruebas de dopaje.
El entrenador me añadió al relevo sin que yo lo supiera. Hablé de ello públicamente. El entrenador principal se acercó a mí y me dijo que había habido una orden de arriba para sacarme del equipo”, sentenció Tsimanouskaya desde el aeropuerto.