Rhode Island, EU. La tormenta tropical Henri azotó el noreste de Estados Unidos con fuertes lluvias y vientos al tocar tierra en la costa de Rhode Island este domingo, dejando sin electricidad a más de cien mil hogares y aluviones que cerraron puentes, inundaron caminos y dejaron a muchas personas varadas en sus vehículos.

El meteoro fue degradado de huracán a tormenta tropical antes de llegar a Nueva Inglaterra, para alivio de muchos en una región que no ha recibido el impacto directo de un huracán en décadas. Inicialmente hubo algunos reportes de daños serios por viento u oleaje.

Pero las lluvias fuertes y continuas generaron preocupación sobre inundaciones de una tormenta que amenazó con permanecer sobre la región antes de virar al este del país y alejarse rumbo al Océano Atlántico para la noche del lunes. Se anticipaba que las mayores precipitaciones ocurrieran tierra adentro.

El presidente estadunidense Joe Biden prometió el domingo brindar ayuda federal lo más pronto posible para los habitantes de los estados del noreste afectados por la tormenta tropical ‘Henri’. El mandatario declaró zona de desastre en gran parte de la región, lo que abre el bolsillo para la ayuda federal de recuperación.

Antes, el mandatario había ofrecido sus condolencias a la población de Tennessee, luego que una inundación severa de otra tormenta cobró la vida de al menos 22 personas, incluyendo niños y adultos mayores, y dejó a docenas de desaparecidos.

Para el domingo por la tarde, ‘Henri’ tenía vientos máximos sostenidos de alrededor de 64 km/h (40 mph) cuando recorría tierra firme por Connecticut, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes. Cuando tocó tierra cerca de Westerly, Rhode Island, tenía vientos sostenidos de aproximadamente 96,5 km/h (60 mph) y ráfagas de hasta 112,65 km/h (70 mph).

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Varios puentes importantes en Rhode Island, que unen gran parte del estado, se cerraron brevemente el domingo y algunas carreteras costeras estaban casi intransitables.

Collette Chisholm, una residente de Westerly de 20 años, dijo que las olas eran mucho más altas de lo normal, pero señaló que no estaba preocupada sobre la posibilidad de que su vivienda sufriera daños serios.

“Adoro las tormentas”, comentó. “Creo que son emocionantes, siempre y cuando nadie resulte afectado”.

En Newport, Paul y Cherie Saunders estaban lidiando con la tormenta en una casa que ha sido de su familia desde finales de la década de 1950. El sótano sufrió inundaciones durante el paso de la súper tormenta Sandy hace nueve años.

“Esta casa ha vivido muchos huracanes y muchas cosas han sucedido”, dijo Cherie Saunders, de 68 años. “Simplemente vamos a esperar y ver qué sucede”.

Por editor