La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que mantiene la emergencia internacional por la pandemia de COVID-19, en vigor desde enero de 2020, pese al descenso continuado de las muertes por esta enfermedad, que ya no van asociadas a ascensos puntuales de contagios.

Pese a ello, el Comité de Emergencia para el COVID-19, que se reúne cada tres meses y lo hizo el pasado 8 de julio por duodécima ocasión, concluyó que la pandemia “sigue constituyendo un evento extraordinario que aún impacta de forma adversa en la salud global”, subrayó hoy un comunicado de la OMS.

El comité advirtió que el descenso en los tests en muchos países, debido a la proliferación de casos leves, está afectando a la capacidad de los expertos para analizar la evolución del coronavirus, pese a que “la aparición y propagación de nuevas variantes podría suponer impactos sanitarios aún más graves a los actuales”.

Los expertos que forman el comité, presidido por el médico francés Didier Houssin, lamentaron en este sentido “la reducción en la cobertura y en la calidad de la vigilancia”, que se traduce entre otras cosas en un menor envío de secuenciaciones genómicas de casos de covid en todas las regiones.

“Ello impide evaluar qué variantes del virus están circulando, lo que supone una menor capacidad para interpretar tendencias en la transmisión y para ajustar las medidas sanitarias públicas”, indicaron los expertos.

Incluso con este menor control de la pandemia, en las dos últimas semanas se ha reportado un aumento del 30 % en los casos de covid a nivel global, a causa principalmente de los sublinajes BA.4 y BA.5 de la variante ómicron, indicó el comité, que se reunió durante tres horas y media el pasado 8 de julio.

La dinámica de la covid continúa siendo “impredecible”, afirmaron los miembros del comité, que recomendaron mantener medidas para intentar reducir la transmisión del virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19.

Sugirieron además medidas para recuperar niveles de vigilancia anteriores, que podrían incluir una mejor integración en los datos nacionales de los resultados de las pruebas de autotest que muchos ciudadanos se practican actualmente, en sustitución de las pruebas PCR o los tests de antígenos.

Los expertos mantuvieron la recomendación de vacunar al menos al 70 por ciento de las poblaciones nacionales para reducir los casos graves y los fallecimientos, y aconsejaron ayudar a los países que no han alcanzado aún tasas del 20 por ciento con el fin de que puedan desarrollar estrategias para ampliar las inoculaciones en sus territorios.

Al mismo tiempo recomendaron que sigan las medidas para reducir la expansión del virus en eventos multitudinarios, y otras individuales tales como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico o la higiene frecuente de manos, aplicadas desde el inicio de la crisis sanitaria hace ya dos años y medio.

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