Cientos de artesanos textiles de todas las culturas ancestrales de México exponen sus diseños hasta el domingo durante una “semana de la moda” celebrada en la capital por iniciativa del gobierno, que teje los hilos de su política a favor de comunidades pobres.

“Huipiles” (blusas tradicionales) de los tsotsiles de Chiapas (sureste), patrones bordados de Michoacán (oeste), “guayabera” (camisa entallada para hombres sobriamente bordada) de Oaxaca (sur): el primero de los siete desfiles de la noche del jueves marcó la pauta de la segunda edición de “Original, el encuentro del arte textil mexicano”.

Entre los expositores, Carlos Alberto Delgado Martínez llegó como vecino del estado de México para revelar los secretos de su arte. “La elaboración de cada producto es un legado de nuestros antepasados. Cada prenda tiene un significado. Cada bordado tiene una explicación”, dice.

Unos 500 artesanos se anuncian en la pasarela y en los pasillos del centro cultural de Los Pinos, la antigua residencia oficial de los presidentes, reabierta al público en 2019, cuando llegó al poder Andrés Manuel López Obrador (izquierda nacionalista).

Al igual que en la primera edición de 2021, “Original” pretende combatir el regateo de precios, la apropiación cultural y el “plagio” de patrones y bordados de artesanos mexicanos por parte de las principales casas de moda.

“No nos oponemos a que (nd: las grandes casas de moda) utilicen los diseños de origen prehispánico”, dijo el presidente López Obrador en su habitual rueda de prensa diaria este viernes. “Pero que reconozcan su trabajo intelectual, su creatividad, que no haya plagio, que lleguen a un acuerdo con los creadores”.

“Original” es la vitrina cultural de una política gubernamental que pretende romper con “36 años de neoliberalismo” y la “mafia del poder”, en beneficio de los más pobres, a menudo pertenecientes a las comunidades indígenas.

“El gobierno mexicano tiene una política de dignificación de los pueblos originarios, de los pueblos indígenas”, dijo a la AFP el vocero del presidente, Jesús Ramírez Cuevas, uno de los artífices de la “4T”, la cuarta transformación que pretende llevar a cabo López Obrador tras las de la independencia de 1821, las reformas liberales de 1857 y la Revolución de 1910-1917.

“México no sería lo que es sin sus pueblos indígenas. Es hora de que jueguen un papel central en la construcción de la identidad (del país)”, agrega. “Hoy reconocemos su arte, el arte popular de la tradición, que se conjuga con la modernidad”. “Sabemos también que las regiones indígenas son regiones muy pobres. Por primera vez llegan programas de asistencia social a estos lugares”, destaca en alusión al programa “Sembrando vida”, que consiste en replantar árboles.

Arte “vivo”

La Secretaría de Cultura aboga por “principios de colaboración ética”: trabajo sin intermediarios con los artesanos comunitarios, respeto a la propiedad intelectual colectiva, reconocimiento a los creadores y su cultura…

La responsable de la cartera, Alejandra Frausto, encabeza otra lucha contra la subasta de objetos prehispánicos en Europa.

“El patrimonio de México no es un artículo de lujo. Ya hemos repatriado cerca de 10.000 piezas”, dijo la ministra.

“¿Quieres comprar algo de arte mexicano? Compra este que está vivo”, concluye, señalando a las modelos que terminan su desfile.

Otros sectores culturales han expresado su malestar tras los recortes presupuestarios operados por el gobierno de López Obrador desde fines de 2018.

“No se trata de negar la expresión artística de nadie. Todos pueden convivir. Pero todos tienen el mismo nivel. No hay un arte erudito y un arte popular, despreciado”, afirma el vocero presidencial Jesús Ramírez.

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