México cerró 2022 con una inflación de 7,82%, la mayor tasa en más de dos décadas, presionada por los incrementos de precios en los alimentos, que subieron 14,14% en todo el año.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) anunció el lunes que el Índice Nacional de Precios al Consumidor tuvo en diciembre una variación mensual de 0,38%, en comparación con el mes previo. Con ese resultado la tasa anualizada se ubicó al cierre del año en 7,82%.

La aceleración de la inflación se debió en gran medida a los aumentos de precios que sufrieron los alimentos, seguidos de las mercancías que registraron una tasa anualizada de 11%, los servicios 5,19%, educación 4,49% y vivienda 3,17%.

El comportamiento de los precios de los alimentos se reflejó en la inflación subyacente -que determina la trayectoria de los precios en el mediano y largo plazo-— que finalizó el 2022 con una variación anualizada de 8,35%.

Para contener la aceleración de la inflación el Banco de México viene realizando desde hace más de un año aumentos consecutivos en las tasas de interés que alcanzaron a mediados de diciembre el registro histórico de 10,5%.

Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador activó en mayo pasado un plan antinflacionario que implicó un acuerdo entre el gobierno y el sector privado para no incrementar los precios de 24 productos de la canasta básica durante seis meses.

 

Asimismo, el gobierno extendió recientemente hasta fines de este año la suspensión del cobro de aranceles de importación de un grupo de alimentos e insumos para panadería, hortalizas, frutas y animales vivos.

López Obrador también ha mantenido un subsidio a los combustibles y no ha realizado ajustes en las tarifas del servicio eléctrico, medidas que según los analistas han sido fundamentales para contener la aceleración de la inflación.

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