Los días de Notimex, la agencia estatal de noticias mexicana, están contados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador informó el viernes que su gobierno trabaja en un acuerdo para cerrar permanentemente la agencia, la cual está sin operar desde el 2020 tras el inicio de una huelga por un grupo de sus trabajadores.

“Ya nosotros no necesitamos una agencia de noticias en el gobierno”, dijo el mandatario, quien añadió que para él es suficiente que el Estado informe a través de la conferencia presidencial matutina —conocida como “las mañaneras”— que él encabeza de lunes a viernes desde su llegada al poder en diciembre de 2018.

Notimex, que surgió en 1968, se mantiene cerrada desde junio de 2020 tras una huelga que iniciaron los trabajadores en protesta por algunos despidos y las denuncias de supuestos acosos por parte de la directora, Sanjuana Martínez.

La huelga se ha convertido en el conflicto laboral más prolongado que ha enfrentado López Obrador.

El coordinador del partido oficialista en el Senado, Ricardo Monreal, adelantó el jueves a la prensa que el gobierno prepara una propuesta para desaparecer Notimex y que la iniciativa incluye la liquidación de más de medio centenar de trabajadores de la agencia de acuerdo a la ley.

López Obrador no ofreció detalles y se limitó a decir que las autoridades se van a reunir para definir el plan.

Martínez dijo que estaba totalmente de acuerdo con la decisión del gobierno de cerrar permanentemente Notimex y planteó que la conferencia presidencial -donde blogueros y reporteros preseleccionados suelen hacer preguntas triviales y a veces declaran abiertamente su lealtad a López Obrador- era suficiente para mantener informados a los mexicanos.

La directora de la agencia estatal sostuvo que la conferencia presidencial “es un fenómeno exitoso con alto nivel de audiencia que ha servido para dar derecho de réplica frente a una prensa que en general ha optado por las campañas de difamación y de mentiras”.

La Asociación Mexicana de Derecho a la Información ha reconocido que hay una tendencia preocupante por parte del gobierno de López Obrador de convertir a los medios de comunicación financiados con fondos públicos en portavoces de su administración.

Al respecto el presidente de la asociación, Jorge Bravo, afirmó que si los medios estatales “antes eran oficialistas, ahora además son propagandistas”.

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