El “Viacrucis migrante”, con al menos 3.500 personas, avanzó este martes por el sur de México sin conseguir diálogo con el Gobierno y con la advertencia de que migrantes se coserán la boca en protesta por la política migratoria del país.

Los migrantes salieron de Huehuetán, en el sureño estado de Chiapas, y caminaron custodiados por la policía unos 25 kilómetros hasta el municipio de Huixtla en su tercer día de movilización.

Los extranjeros pidieron que el Gobierno mexicano les facilite transporte y documentos para su regularización para evitar peligros.

Las autoridades de salud de Chiapas han atendido a unas 30 personas que han padecido deshidratación y golpes de calor, además de que han surgido llagas en los pies de los migrantes, quienes reciben atención de Protección Civil.

Un migrante haitiano que prefirió omitir su nombre solicitó ayuda porque su propósito es llegar a Ciudad de México, pero se han lastimado los pies.

“Ayuda, que nos den buses a nosotros para llegar a la capital de México. Si no, un carnet para coger un bus o para seguir, estuve tres meses sin papeles, pagando casas, sin tener que comer, no estoy trabajando, tengo necesidad”, expresó.

MIGRAN Y EXIGEN JUSTICIA EN MÉXICO

El Gobierno mexicano estima que cerca de 3.500 migrantes componen esta caravana que partió el domingo desde la frontera sur, por lo que es la más numerosa del año, aunque sus integrantes y activistas afirman ser cerca de 5.000.

Además de avanzar hacia Estados Unidos, esperan llegar a Ciudad de México para denunciar las muertes provocadas por la política migratoria mexicana, como la de 40 migrantes que fallecieron hace un mes en un incendio en una estación del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez.

Otro de los migrantes que sigue caminando a paso lento es Milton Rolando Mejía, de El Salvador, quien ha recorrido unos 45 kilómetros desde Tapachula a Huixtla.

“El cansancio, llagas en los pies, muchas mujeres descalzas, mujeres embarazadas con niños en brazos, por ahí viene uno que trae como quemadito el niño. Para ellos sería de ayuda que se pidiera el transporte, nosotros vamos pacíficamente, nuestra idea es llegar tranquilamente a nuestro destino”, manifestó.

Mejía, quien viaja con su esposa y su hijo, dejó de trabajar en seguridad privada en su país para brindarles un mejor futuro a su familia, en caso de llegar a Estados Unidos.

Los activistas mexicanos que les acompañan anunciaron la tarde de este martes 40 migrantes se coserían los labios, número igual al de los fallecidos en Ciudad Juárez.

“Si ocurre esto es responsabilidad del Estado, porque le estamos pidiendo que atienda la situación y esa es su responsabilidad”, indicó uno de ellos sin revelar su nombre.

La caravana refleja el inédito flujo migratorio en la región con más de 2,76 millones de indocumentados interceptados por Estados Unidos en la frontera con México en el año fiscal 2022.

Mientras que el Gobierno mexicano reportó un incremento anual de más del 43 % en el número de “personas situación irregular en México” en 2022, cuando detectó 444.439.

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