La falta de vivienda asequible no sólo provoca una emigración casi forzada hacia el Estado de México, también genera que, anualmente, 7,000 familias se instalen en zonas de alto riesgo

El proceso de gentrificación en la Ciudad de México es un fenómeno que ha levantado críticas y que, sobre todo, demanda soluciones dado el impacto que ha tenido en los habitantes más vulnerables de la urbe.

De acuerdo con el Proyecto del Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), la capital mexicana “expulsa” anualmente a más de 20,000 hogares de los deciles I al V de ingresos por falta de una opción de vivienda asequible.

Sin embargo, gran parte de esa población aún labora y consume servicios básicos en la capital, lo que provoca que se generen más de 1.5 millones de viajes diarios entre los municipios metropolitanos y las alcaldías centrales.

La coordinadora de la oficina para América Latina de la Coalición Internacional para el Hábitat (HIC-AL), María Silvia Emanuelli, define la gentrificación como un proceso de renovación y reconstrucción urbana acompañada de un flujo de personas de clase media o alta que suele desplazar a los habitantes más pobres de las áreas de intervención.

Según la especialista, la velocidad con la que se da este fenómeno en el centro del país provoca una serie de problemas, como el aumento, muchas veces inalcanzable, del precio de los alquileres; el desalojo, a veces violento, de las personas; así como la proliferación de comunidades en zonas de alto riesgo.

Así se refleja en el análisis elaborado para el PGOT, el cual indica que la falta de oferta de vivienda asequible ha generado una emigración casi forzada hacia el Estado de México de los hogares de menores ingresos, pero también al suelo de conservación, a zonas de alto riesgo y áreas naturales protegidas.

Se estima que en los últimos 20 años se han instalado 7,000 hogares anuales en zonas de alto riesgo.

“Quienes menos tienen, más pagan”

La mezcla entre una alta demanda de vivienda en la Ciudad de México y la escasez de oferta ha disparado el precio de la renta a nivel general; sin embargo, existen zonas que registraron aumentos de más de 50% en un año.

Tal es el caso de la colonia Hipódromo de la Condesa, en la alcaldía Cuauhtémoc, que tuvo un alza anual de 60% al cierre del 2022, ya que el precio promedio de renta pasó de 17,780 pesos en diciembre del 2021 a 28,542 pesos en el mismo mes del año pasado, según la plataforma Inmuebles24.

Otra de las colonias con mayor apreciación es Villa Coyoacán de la alcaldía Benito Juárez, cuyo precio promedio de alquiler pasó de 11,866 a 18,582 pesos entre el 2021 y el 2022, una variación de 57 por ciento.

Estos precios de alquiler se han convertido en un obstáculo para la mayor parte de los capitalinos, quienes llegan a gastar hasta 44% de sus ingresos en la renta de una vivienda, de acuerdo con HIC-AL.

“En un informe del 2022, encontramos que, quienes menos ganan, son los que pueden llegar a gastar hasta 44% de su salario en alquiler, lo que les hace casi imposible satisfacer otras necesidades. En este sentido, los jóvenes y las madres solteras son los más vulnerables”, aseguró Emanuelli.

Por su parte, Ricardo Martínez, ex director de la oficina del Alcalde de Nueva York para la Protección Inquilinaria, explicó que el Gobierno Capitalino debe crear políticas públicas universales, ya que la Ciudad de México está próxima a convertirse en una urbe de inquilinos.

“Especialmente, en la capital, donde las diferencias sociales son tan grandes, es necesario contar con legislaciones que protejan a quienes rentan. Si las personas pagan más de 44% por rentar, estamos hablando de una población que nunca va a poder comprar una vivienda propia, por lo que tendremos una ciudad de inquilinos”, agregó el experto.

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