La propagación de la variante Delta de Covid-19 obligó al gobierno federal y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos a pedir el uso de cubrebocas; en especial en recintos cerrados para personas vacunadas y sin vacunarse.
Una norma que contradice la de hace dos meses que dio vía libre para que los inoculados se movieran libremente en todos los ambientes.
Al respecto muchos ciudadanos de Estados Unidos se muestran confundidos y preocupados ante las medidas implementadas.
Enviaron un comunicado que nosotros los vacunados podíamos después de dos semanas quitarnos el cubre bocas pero ahorita sí desconozco cuales son los nuevos comunicados’ comenta Lady, empleada de lavandería.
Unos sí y otros no, ese es el pulso que se vive en las calles y adentro de negocios que todavía no retoman por completo la nueva ordenanza de cubrirse la boca, pero luego de enterarse, en esta barbería no se arriesgarán a ser multados.
Ya todos se estaban quitando la máscara, pero ahorita yo creo que el dueño tiene que decirles que se pongan la máscara para entrar”, comenta una cajera estadunidense.
Mientras hoteles, restaurantes y atracciones turistas están a reventar, vuelven los letreros que piden la mascarilla para poder entrar y el gobierno de Nueva York ha lanzado una nueva estrategia para convencer los que no se han querido vacunar que incluye tocar a las puertas de sus casas de ser necesario.
Entre tanto y siguiendo los pasos que ya dio Nueva York, el gobierno del presidente Biden estudia exigir a los empleados gubernamentales la vacuna o una prueba negativa de Covid-19 cada semana, que ya comenzó a aplicar para profesores, personal de emergencia, jóvenes en campamentos de verano en la gran manzana.